Como te lo prometí en la Edición anterior: LA EDUCACIÓN SEXUAL EN LAS AULAS – larga espera - PARTE 2.
Entrevista de María Eugenia Di Luca a Cristina Tania Fridman - docente, investigadora y especialista en educación sexual, directora de Cursos de Educación Sexual.
A continuación: M.E.DL: ¿Cuál es la modalidad de trabajo en los talleres con los chicos?
C.F.: Yo propongo un taller con chicos, directivos, docentes y padres. Si no trabajo las tres puntas voy al fracaso. Eso no quiere decir que los colegios te lo acepten todo. En principio, se trabaja desde el conocimiento de los alumnos y desde su curiosidad y la historia del grupo. No tiene sentido que empiece a partir de un discurso armado desde afuera. Esto, en general, sucede cuando se les pide a los médicos que vayan al colegio y muestren un "paquete de anticoncepción" o "paquete antisida", con lo que se supone que se cumplió el programa de educación sexual. Hay otros programas que tratan de postergar la fecha de inicio de las relaciones sexuales con la idea de provocar actitudes de mayor elección y responsabilidad. En general, cuando uno da educación sexual se observa que, a mayor información, mayor permiso, y a mayor permiso, hay menor necesidad de trasgresión, y así se posterga, naturalmente, la edad de inicio sexual.
El educador sexual no es un mago, sino que tiene que co-construir junto a todos.
M-.E.DL.: ¿Qué otras cuestiones relacionadas con la sexualidad se pueden abordar desde estos talleres?
C.F.: Algo que se trabaja mucho con los adolescentes, por ejemplo en quinto año, es el tema del género, porque a los chicos les aparecen estereotipos que no saben de dónde vienen y no saben resolver. Los chicos no saben cómo se construyó la masculinidad ni la feminidad, y tienen miles de inquietudes. Yo hago un buzón cerrado para que planteen preguntas y después clasifico cada una de ellas para hacer una construcción de curiosidades grupales. Esto en definitiva es la educación.
Y si nos quedamos con esta última oración de la “Profe”? – La sencillez de los conceptos es la mejor forma de pararse en los discursos. Partir de lo mínimo: ¿qué siento?, puedo comunicarme con mi hijo desde aquí?, y desde mi saber- experiencia?, puedo compartir con mi hijo/con mi alumno que no es mi hijo?. Síiii, desde la sencillez del : no lo tengo claro, siento que no tengo una sola respuesta, que me confunde la pregunta, no lo tengo claro... pero… busquemos información, o, y si consultamos con un profe-médico-psicólogo, o, maestro… el “no lo sé” pero siento esto…… Sí í í busquemos respuestas que se adecuen sencillamente a lo que “sentimos que somos”… pero jamás respuestas retóricas como: sos muy chico, cuando crezcas lo vas a saber…. O mejor... pregúntale a la maestra/profesor/a; no tienen clases de anatomía, acaso?.- Estamos hablando de nuestro cuerpo, acaso no merece nuestra mirada amante y respetuosa de las sensaciones que nos provoca acariciarlo, sentir que nos contiene y brinda respuestas, tan sencillas como provocativas o inquietantes? Es él, al que miramos en el espejo, el que vibra con la caricia y grita con el golpe, potencial de vida, creación “divina”. Entonces, despojémonos de prejuicios, y hablemos de él, es nuestro lenguaje transversal en la vida. Que el falso pudor no lo cubra con sombras… para que lo l@s chicos/as, no nos digan después: “no nos lo enseñan y después nos castigan” (alumna del 7mo.año – 2004- Talleres de sexualidad en la Escuela de Carpintería). Entonces, hablamos de sexualidad en las aulas? - Vos tenés la respuesta.
Hasta la próxima!!! …
Para comunicarse con Luz Laratro: laluchi@merlo-sl.com.ar