Las Raíces crecen bajo la Tierra

Del Libro del Niño. Una Visión revolucionaria de la Educación Infantil – Osho – Editorial Debate
El niño necesita intimidad porque todo lo que es hermoso crece en la intimidad. Recuérdalo: esta es una de las leyes fundamentales de la vida. Las raíces crecen bajo tierra. Necesitan intimidad. El niño crece en el vientre de la madre en la oscuridad, en soledad. Necesita 9 meses de absoluta intimidad. Todo lo que necesita crecer necesita intimidad, de modo que puede desarrollar su individualidad sin interferencias. Los padres deben acercarse sólo a ayudar, no a interferir. Se le debe dar la libertad de hacer o no hacer las cosas. Los padres sólo deben vigilar que no se haga ningún daño a si mismo o a alguien más. Eso es suficiente. Tienen que provocar en el niño un gran anhelo para que busque la verdad. No deben enseñarle acerca de la verdad, sólo enseñar cómo indagar sobre la verdad. Debe enseñarse la indagación, la investigación, la aventura.
Hay que ayudar a los niños para que puedan hacer preguntas, pero no responderles esas preguntas. Buda le decía a sus discípulos: “¡No creas lo que te digo! Esa es mi experiencia, pero en el momento que te la cuento se vuelve falsa, porque para ti no es una experiencia. Escúchame, pero no me creas. Experimenta. Pregunta. Busca. Un conocimiento prestado es una barrera”.
Los niños no necesitan ningún condicionamiento, no hay que darles ninguna dirección. Hay que ayudarles a ser ellos mismos, tienen que ser apoyados, alimentados, fortalecidos. Unos verdaderos padres serán una bendición para el niño. El niño se sentirá inmediatamente ayudado por ellos y esto les servirá para enraizarse en su naturaleza, para centrarse, de este modo empezará a amarse a sí mismo y se respetará.
Recuerda, a menos que una persona se ame a sí misma, no podrá amar a nadie más en el mundo, a menos que un niño se respeta a sí mismo, no podrá respetar a nadie más en el mundo. Primero tendrás que ser una luz para ti mismo, entonces tu luz se extenderá y alcanzará a los demás.
Los niños son enormemente inteligentes, sólo necesitan una oportunidad. Cada niño nace con el potencial para iluminarse, con el potencial para despertar.
Se necesita un nuevo hombre, y este nuevo hombre traerá consigo ese mismo Paraíso, que en el pasado estábamos posponiendo para otra vida.
El Paraíso puede ser aquí y ahora, pero tenemos que alumbrar a un Nuevo Niño.